«Isaac Van Amburgh tal y como actuaba con sus animales en los teatros de Londres.» Óleo pintado en 1847 por Sir Edwin Landseer (1802-1873)
Landseer realizó un primer retrato del domador norteamericano en 1839 por encargo de una reina Victoria veinteañera y hormonalmente alterada.
En este otro retrato, muy distinto, el empático pintor no pudo esconder su indignación ante el maltrato al que Van Amburgh sometía a sus animales.
Por el título dado a la pintura dejó clarísimo que su objetivo era mostrar la realidad sin ingenuidades: La actitud prepotente y chulesca del domador
contrasta con la sumisión, el miedo (terror) y el intenso dolor que transmiten las expresiones y los gestos del tigre, los leopardos, la leona y el león.
Landseer realizó un primer retrato del domador norteamericano en 1839 por encargo de una reina Victoria veinteañera y hormonalmente alterada.
En este otro retrato, muy distinto, el empático pintor no pudo esconder su indignación ante el maltrato al que Van Amburgh sometía a sus animales.
Por el título dado a la pintura dejó clarísimo que su objetivo era mostrar la realidad sin ingenuidades: La actitud prepotente y chulesca del domador
contrasta con la sumisión, el miedo (terror) y el intenso dolor que transmiten las expresiones y los gestos del tigre, los leopardos, la leona y el león.