
Aylan Kurdi, niño de Kobane ahogado en Turquía intentando llegar con su familia a la isla griega de Kos. Foto: Nilüfer Demir (2 de Septiembre 2015)
Miles de personas que huyen de la guerra y la miseria se están ahogando en el Mediterráneo desesperadas por llegar a Europa.
Tras sobrevivir a bombardeos, fuego de mortero, tiroteos y extenuantes éxodos buscando una vida normal, se mueren en el mar.
Mientras tanto en Europa, se asiste con egoísta indiferencia -cuando no con xenófoba hostilidad- al sufrimiento de los inocentes.
Aylan, 3 años, su hermano Galib de 5 también ahogado y su madre Rihan Kurdi de 35, también ahogada, procedían de Kobane,
ciudad al norte de Siria devastada por la guerra, símbolo de la resistencia kurda contra los crueles asesinos del Estado Islámico.
La familia había pedido asilo en Canadá, donde reside una tía de los niños, pero se lo denegaron. Por eso iban rumbo a Grecia.
Miles de personas que huyen de la guerra y la miseria se están ahogando en el Mediterráneo desesperadas por llegar a Europa.
Tras sobrevivir a bombardeos, fuego de mortero, tiroteos y extenuantes éxodos buscando una vida normal, se mueren en el mar.
Mientras tanto en Europa, se asiste con egoísta indiferencia -cuando no con xenófoba hostilidad- al sufrimiento de los inocentes.
Aylan, 3 años, su hermano Galib de 5 también ahogado y su madre Rihan Kurdi de 35, también ahogada, procedían de Kobane,
ciudad al norte de Siria devastada por la guerra, símbolo de la resistencia kurda contra los crueles asesinos del Estado Islámico.
La familia había pedido asilo en Canadá, donde reside una tía de los niños, pero se lo denegaron. Por eso iban rumbo a Grecia.