El filósofo Diógenes preparando su farol para salir a buscar gente honesta a la luz del día. Óleo pintado en 1860 por Jean-Léon Gérôme (1824-1904)
Diógenes de Sínope no dejó por escrito ninguna enseñanza, pero su vida, sus costumbres, sus pensamientos y algunos de sus dichos,
fueron legados a la posteridad por los historiadores; el más importante de los cuales fue otro Diógenes, el doxógrafo griego de la primera
mitad del siglo III de la era cristiana Diógenes Laercio, que en su precioso libro 'Vidas de los Filósofos más ilustres' ordenó las biografías,
doctrinas filósoficas y sentencias de muchos sabios clásicos. Por él sabemos que la famosa frase "Cuanto más conozco a los hombres,
más quiero a mi perro" no es original de Carlomagno, ni de Byron, ni de Schopenhauer, aunque ellos tres y otros más la citasen también,
sino que debe atribuirse en primer lugar a Diógenes de Sínope. Una frase basada en la experiencia y comprobable en todas las épocas.
fueron legados a la posteridad por los historiadores; el más importante de los cuales fue otro Diógenes, el doxógrafo griego de la primera
mitad del siglo III de la era cristiana Diógenes Laercio, que en su precioso libro 'Vidas de los Filósofos más ilustres' ordenó las biografías,
doctrinas filósoficas y sentencias de muchos sabios clásicos. Por él sabemos que la famosa frase "Cuanto más conozco a los hombres,
más quiero a mi perro" no es original de Carlomagno, ni de Byron, ni de Schopenhauer, aunque ellos tres y otros más la citasen también,
sino que debe atribuirse en primer lugar a Diógenes de Sínope. Una frase basada en la experiencia y comprobable en todas las épocas.