
Víctimas civiles tras un atentado suicida en Kerbala, Irak, el 2 de marzo de 2004. _Fotografía: ■ Marco Di Lauro
El horror, el dolor y la piedad no saben de patrias ni banderas. Los civiles inocentes sufren con la misma intensidad aquí o allá.
El horror, el dolor y la piedad no saben de patrias ni banderas. Los civiles inocentes sufren con la misma intensidad aquí o allá.